Poco después de la batalla, las informaciones que daban como definitoria del combate la contracarga del sexto batallón de los serranos de Puebla comenzaron a volverse populares y en la voz de muchos se atribuyo a los nativos de Zacapoaxtla la hazaña. Probablemente fuera Negrete el que iniciara el asunto al hablar del “batallón de Zacapoaxtla”, pero el caso es que la prensa haría eco, Julio Zárate lo registraría un año mas tarde y el Nigromante lo glosaría en Mazatlán varios años después: “Los indígenas de Zacapoaxtla que ignoran si un papa los ha declarado racionales”.
Sin embargo no había sido los Zacapoaxtlas los autores de la hazaña de las milicias de la sierra, sino nativos de Tetela de Ocampo, Xochiapulco, del municipio de Cuetzalan, de Zacatlán y de comunidades del municipio de Zacapoaxtla; con la excepción de uno, eran de otros pueblos, no de la cabecera. De los 169 combatientes que componían el sexto batallón, solo uno, Nacho Betancourt era de esa localidad.
A lo largo de los años la villa de Zacapoaxtla se llevo la gloria que no se merecía y los de Tetela y las otras poblaciones fueron ignorados por mas que enviaron escritos, presentaron protestas, aportaron documentación de toda índole y absoluta fidelidad.
La paradoja es que Zacapoaxtla había sido una ciudad conservadora durante la guerra de reforma, fue tomada a sangre y fuego por los liberales, y seguiría siendo base reaccionaria durante el imperio al grado de crear una brigada que apoyo a un batallón austriaco en la quema de algunas otras de las comunidades liberales de la sierra.
En este país en que la injusticia abunda, no seria malo repara este agravio histórico, La gloria del 5 de mayo no es de Zacapoaxtla, sino de Tetela y las comunidades de la Sierra Norte.
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