En
una entrada anterior hable de los caminos que comunicaban a Tlatlauquitepec con
el centro de México y la costa, desde la época prehispánica (aquí), en ella se habla
también de los caminos de herradura ocupados por los viajeros y comerciantes;
un gran ejemplo de un camino de herradura comparable con “el camino de Santiago
de Compostela”, el del “inca “a Machu Picchu”, el “Santa Fe Trail” y el tramo
del camino Real a Tierra Adentro en el estado de Nuevo México, son los
corredores de Hueytlalpan, caminos empedrados y de los cuales se ha tolerado su
destrucción y abandono.
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Imagen de una parte de los corredores de Hueytlapan, fotografía de la revista Arqueomex. |
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Camino a Santiago de Compostela, tramo Arzua-Compostela. |
Estos caminos de
Tlatlauquitepec si bien no los podemos comparar con los arriba descritos,
podemos estar seguros que contaban con una buena infraestructura, como puentes
y algunos tramos con ligeros empedrados
(solamente piedra, el caracol que lleva al cerro Cabezón es un ejemplo). Estos
caminos son lo suficientemente anchos para el cruce de carretas o carretones,
siendo más frecuente el paso de gente a pie y caballo.
Los documentos encontrados
en el archivo parroquial de la iglesia de la Asunción, nos narran de la construcción
de puentes y empedrados en el pueblo, obra importante que sabemos no fue
impulsada por el gobierno sino por los curas locales.
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Andrés de Arce y Miranda, cura de Tlatlauquitepec
de 1731 a 1739.
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Con la duda ¿existirán
todavía vestigios de estos caminos?, me dirigí a googlemaps para ver posibles
senderos, grande fue mi sorpresa al descubrir un gran tramo desde
Tlatlauquitepec a Ilita; caminos que han sido invadidos por la actual carretera
en algunos tramos, pero aún son ocupados por la gente.De este camino sabemos que se
empezó a adecuar al paso por el cura Juan González Moreno, quien llegando a
este curato en el año de 1779, empezó a sacar los cimientos para los puentes
necesarios, poniéndoles vigas encima; los puentes de Pezmatlán e Ilita fueron
acabados bajo la supervisión del cura Ambrosio López del Castillo.
Siendo así y con la gran compañía
de mi hermano menor, planeamos nuestro recorrido basándonos en el mapa
satelital, no sabíamos que nos esperaba ya que jamás había llegado caminando más
lejos de Analco.
¡En Marcha!
Viernes, 8 de la mañana, el
sol permite caminar sin ser calcinados por sus rayos; caminamos rumbo al centro,
no nos detendremos hasta llegar a la esquina de Guillermo Prieto con avenida Revolución,
pasamos por el Titanic (por cierto muy sucio), nos detenemos y vemos el busto
en honor a Andrés Mirón, me llama la atención la poca información que hay de él
(dejando de lado las historias populares).
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La avenida Independencia. |
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Busto de Andrés Mirón. |
Hemos llegado a la esquina
de Guillermo Prieto con avenida Revolución, el camino a Analco o le llaman algunos “el camino real a Tezonteco” (ignoro él porque); esta calle perdió su empedrado
no hace muchos años, solamente en donde empieza el declive más pronunciado,
encontramos lo que quedo de este.
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La esquina de Guillermo Prieto con avenida Revolución. |
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Parte del empedrado que nunca debió desaparecer. |
Bajando por este camino
llegaremos a la barranca de Analco (interpretado del náhuatl como “lugar al
otro lado de río o agua”), unida a Tlatlauquitepec por el puente colonial, hecho
con la misma piedra del empedrado (traída de la zona de Mecayucan o Jiliapa).
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Por extraño que parezca, este puente da un ligero parecido al de su homonimo barrio en Puebla. |
Pasando este puente y la
otrora barranca (ahora el libramiento), encontramos la calzada empedrada de Analco
(más nueva que de la calle que baja de Tlatlauquitepec, la piedra no es rosa, es de color
gris), desde la cual distinguimos ya una buena vista del centro y del cerro
Cabezón, además de antiguas terrazas de siembra y otras construcciones
curiosas.
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Tlatlauquitepec y el Cerro Cabezón al fondo. |
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Aquí podemos ver las terrazas de cultivo. |
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Poste como los que estaban en el centro hace muchos años y una escalera de piedra rustica. |
Hemos llegado a la iglesia
de Analco, de allí nos dirigimos a la esquina donde hayamos una casa de solida construcción
pero en ruinas, donde empieza el camino a Pezmatlán, el cual es cortado por las
excavaciones de las que es víctima este cerro para extracción de arena y por
las cuales puede desaparecer este barrio.
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El camino empedrado con la iglesia de Analco al fondo. |
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Lapida del panteón de Analco. |
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Iglesia de Analco. |
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Aquí empieza el camino a Pezmatlán |
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La parte del camino que aun existe. |
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Aquí es donde fue cortado de tajo el camino para aprovechar la arena del lugar, ahora es un basurero. |
Nosotros seguimos entre la milpa apenas en crecimiento, pero nos detuvo el guardián del lugar, ¡un perro!, que nos hizo volver y continuar ahora un tramo por las orillas de la carretera.
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Andando en la milpa, la vista era muy bonita; el perro que nos esperaba un poco adelante cambio nuestro rumbo. |
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Ya veíamos por donde bajaríamos. |
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Esta imagen seria imposible hace unos 100 años, Analco abarcaba hasta Tzocuila y el cerrito no estaba dividido en dos. |
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Por aquí habríamos bajado de no haber explotaciones de arena. |
Seguimos la vereda apenas
visible que cruza la carretera y llegamos al puente que unía Analco y Pezmatlán
sobre el rio balastrera, el cual todavía se conserva en regulares condiciones,
este puente a diferencia del de Analco está fabricado con los cantos rodados
del río, siendo una piedra más bien grisácea que rosa.
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La arena nos marca el camino. |
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El camino es transitado, vemos huellas de diversos zapatos, caballos y perros. |
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Podemos ver que el puente aun esta allí. |
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Efectivamente allí esta. |
Nuestro siguiente paso es una
pendiente en zigzag, la cual nos llevara ya al barrio de Pezmatlán.
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Iniciamos la subida a la pendiente, si esta pesadita. |
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Ya desde este camino hay un buen panorama. |
Pezmatlán nos recibe con el
canto de unos gallos, el ladrido de perros y basura (por lo menos en esta
calle); más adelante nos topamos con varias personas que nos reciben con un “buenos
días” y una sonrisa en su rostro.
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Los gallos de Pezmatlán. |
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El saludo, signo de educación nos fue dado en esa casa. |
Ya decididos a apresurar la
marcha, por faltarnos menos en nuestro trayecto, cruzamos la carretera y nos
dirigimos al centro de este barrio; Pezmatlán el “lugar donde abundan las
pezmas o la hojarasca”, cuna de Ambrosio López del Castillo, tan querido en
Tlatlauquitepec por sus varias obras.
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Vemos el tramo carretero de Pezmatlán. |
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Ermita dedicada a la Virgen de Guadalupe. |
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Sigamos.... |
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Ambrosio López del Castillo, cura de Tlatlauquitepec de 1817 a 1853.
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Llegamos a la iglesia de Pezmatlán,
construida entre 1920 y 1923 y siendo la fiesta patronal al parecer el bautismo de Jesús,
allí nos detuvimos a comer la indispensable torta y tomar agua; enfrente de
ella vemos el camino que seguiremos hacia Ilita (lugar donde abundan ilites o abedules), el otro va a Tepanzol (lugar del muro o limite viejo).
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Podemos ver la iglesia, de una sola torre y con su pequeño atrio, otrora panteón. |
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En su fachada vemos la cara de Cristo y la fechas del inicio de construcción y de la primera misa. |
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Una lapida del atrio. |
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La puerta a la torre estaba abierta, siempre me ha gustado ver estas escaleras, de escalones pequeños. |
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Allí también vimos un apisonador para trabajos de albañilería |
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Los 2 caminos, el de la derecha a Ilita, el de la izquierda Tepanzol. |
Seguimos hacia Ilita, el camino se ve nuevo, recién pavimentado y pintado (camino antiguo remodelado), pero no llega a nuestra próxima parada, el puente que une Pezmatlán e Ilita, de construcción similar al que vimos antes, con cantos rodados del río que cruza.
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En todo el camino vimos esta planta: huele de noche, florifundio o bien toloache, muy común pero de efectos narcóticos. |
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Algunas casitas y su cocina de humo. |
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Aquí acaba el pavimento. |
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Ya podemos ver la rivera del rió, muchos ilites. |
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Sin desviarnos, allí esta el paso por el puente. |
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El arco del puente, mas de 100 años de edad y sigue en pie. |
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En el río vemos piedras iguales que las de la construcción del puente. |
La ribera del rio, llena de
ilites casi nos anuncia la llegada a Ilita, pasamos el puente y subimos una
cuesta, es posible ver el empedrado rustico de estos caminos, solo la piedra;
vemos también algunas casas, pequeñas ermitas y una buena vista del cerro Cabezón.
Hemos llegado a la iglesia
de Ilita, lugar que comparte un origen de su imagen principal con Huaxtla, además
de una leyenda fantástica:
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Allá podemos ver las casas del barrio. |
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La entrada a la iglesia, sin duda es bien diferente. |
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El suelo de esta entrada es un bonito empedrado. |
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El tejado y un detalle del arco. |
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El cerro Cabezón desde el panteón. |
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Esta talla en la puerta nos recuerda a la imagen custodiada dentro. |
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El interior de la iglesia. |
El duende y el cristo de
Ilita:
[…] a dicho señor de Horta
el tiempo que aquí fue cura, le molesto un duende, cuyas inquietudes tolero con
paciencia y que en uno de los caminos de la administración, había un paraje o
puesto tenebroso y sombrío, donde atemorizaban los indios con funestas visiones
y fantasmas. Y que dicho señor hizo allí sus exorcismos, y desde entonces ya no
se experimenta cosa semejante. Este sitio o lugar (como dicen los feligreses)
es en el camino para Atempan, en la barranca llamada Tzautec, o piedra de mala agüero,
y con efecto en ella hay un pedrón o peña que se conoce estar desbaratada a
mano. […]
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Lorenzo de Orta, cura de Tlatlauquitepec de 1605 a 1640.
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El cura José Atanasio
Tirado,[…] yendo en el mes de enero de
1771 al pueblo de Teteles, en la dicha barranca (que divide Ilita de Teteles), vio
derrumbado un mogote (montículo) de arena al pie de un corpulento Xicalahuate
(tipo de encino), y que de la raíz de este, estaba formado un crucifijo
completo, y solo tenía la imperfección de la cascara: que a su vuelta de
Teteles, vinieron muchos de aquel vecindario con él, acabaron de escarbar la raíz,
y el muy piadoso don Antonio Fernández Valera, mayordomo de Animas de aquel
pueblo, se lo llevo, lo mando a encarnar lo coloco en una piecesita que le hizo
de cal y canto en su misma casa: falleció el señor Valera, y después de algunos
años, rescato la señora Antonia Matilde Conejo, oriunda y vecina del barrio de
Ylita, la que en su fallecimiento me dijo que el señor viniera a la capilla que
ya se había levantado con este fin en el barrio, lo que verifique en el año
pasado de 846: […] ya se ve que el venerable señor de Horta en esta misma
barranca hizo un conjuro a un monstruo infernal que allí hallo sentado en una
piedra, la misma que hasta hoy permanece con las tres cruces que dicho señor le
formó. Ya el mismo dijo en sus manuscritos que allí se espantaban mucho los
indios, y que por eso hizo el conjuro; en efecto es lugar muy pavoroso a pesar
de estar ya todo desmontado.
Un trozo de la piedra de la
leyenda se encuentra actualmente a un lado de la entrada a la torre, podemos
observar solamente un hueco en el cual seguramente estaba una de las tres
cruces.
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La roca de la leyenda, según una platica se dice tiene marcadas las garras del diablo. |
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Orificio donde seguramente se encontraba una de las tres cruces. |
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Otra vista de la roca. |
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La iglesia de Ilita y la roca de la leyenda. |
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Cristo de Ilita, hecho con el Xicalahuate, muy parecido al que se encuentra en Yaonahuac. |
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Cristo de Yaonahuac. |
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El Cristo de Huaxtla es muy diferente, aunque comparte cierta analogía en su origen. |
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Vista de la barranca Tzautec (desconozco si la sigan llamado así), lugar de la aparición del duende y del cristo de Ilita. |
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Vista de Teteles desde Ilita, lugar donde estuvo durante algunos años el cristo de Ilita. |
La zona arqueológica de
Ilita:
Actualmente desconozco si
exista pero esta fue explorada por Gerardo Cepeda Cárdenas en los años 70´s y
lo describe así: […] el sitio arqueológico se encuentra aproximadamente un km
antes, junto a la carretera. El montículo principal descansa sobre una
plataforma, este tiene una base de aproximadamente 13 metros de este a oeste y
10 metros de norte a sur. En el centro de él se encuentra un poste de teléfonos,
y evidencias de un saqueo que dejo un gran hueco.
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Posiblemente este sea el montículo, cerca de la curva del Carmen, (si no me miente Wikimapia). |
No me parece raro que haya
existido o exista una zona arqueológica, ya que cerca encontramos a Teteles y
el antiguo pueblo de Yaonahuac (la zona arqueológica).
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Tetelictic, antiguo Yaonahuac. |
Bueno llegue a mi meta, "Ilita", ¿cual sera la siguiente?, no lo se pero hay que descansar y disfrutar el paisaje de la región.
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Ya al regresar a Tlatlauquitepec, en la estación de las combis vi este anuncio, mezcla moderna del español y náhuatl; me causo mucha gracia. |
Datos:
- Diario de un cura de pueblo y la relación de los señores curas que han servido la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Tlatlauqui, escrita por el señor cura don Ramón Vargas López, Ernesto de la Torre Villar.
- Tlatlauquitepec , provincia prehispánica del Imperio Azteca, de Gerardo Cepeda Cárdenas (facilitado por Guillermo Martínez Rodríguez).
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