Anuncio.

Por falta de tiempo y por razones personales seguiré escribiendo en el blog de manera esporádica.

martes, 28 de abril de 2015

El sol y la luna en las torres de dos iglesias de la región.

Torre de Atempan, alejada de la iglesia; podemos ver el sol y la luna con el conejo.


El sol y la luna fueron para muchas culturas antiguas los dioses principales, lo vemos en Grecia con Helios, en Roma con Deus Sol Invictus, en Siria El-Gabal, y Mitra en Persia. En México podemos encontrar varias deidades asociadas al sol como: Nanahuatzin, Huitzilopochtli, K'inich Ajaw, Tonatiuh, etc.

Campanario de la torre de la iglesia de la Virgen de la Asunción en Tlatlauquitepec,
vemos el sol asociado a una cruz.


Con la llegada del cristianismo a México se creo un sincretismo entre la religión nativa y la recién llegada, asociando así a Jesús con el mismísimo sol. Esto me ha parecido muy curioso pues es posible encontrar en la torre de la parroquia de la Virgen de la Asunción de Tlatlauquitepec la imagen del sol asociada a una cruz; en Chignautla la luna se haya junto a la Virgen de Guadalupe y el sol junto a un santo que no reconozco; y en Atempan esto va mas allá al encontrarse en la torre la imagen del sol y la luna acompañada por un conejo.

Un acercamiento al sol y la luna con su conejo en Atempan.


En la mitología nahua, la relación entre el sol y la luna se da en forma de una guerra cósmica, como en la leyenda del nacimiento de Huitzilopochtli y el descuartizamiento de su hermana Coyolxauhqui, o bien en la leyenda que nos dejo Sahagún en su “Historia general de las cosas de la Nueva España” sobre la creación de los astros y la mancha del conejo en la luna.

[…] Decían que antes que hubiese día en el mundo, que se juntaron los dioses en aquel lugar que se llama Teutihuacan (que es el pueblo de S. Juan entre Chiconauhtlan y Otumba), dijeron los unos a los otros dioses: ¿quien tendrá que alumbrar el mundo?.


Luna con ojos y boca no muy visibles en la fachada de la iglesia de San Mateo Chignautla,
 la vemos a un lado de la imagen en cantera de la Virgen de Guadalupe.

Luego a estas a estas palabras respondió un dios que se llamaba Tecuciztecatl y dijo: “yo tomo a cargo de alumbrar al mundo”. Luego otra vez hablaron los dioses y dijeron: “¿quien sera otro más?” al instante se miraron los unos a los otros, y conferían quien seria el otro, y ninguno de ellos osaba ofrecerse a aquel oficio, todos temían, y se excusaban.

Uno de los dioses que no se hacia cuenta y era buboso, no hablaba, sino que oía lo que los otros dioses decían; los otros habláronle y dijéronle: se tu el que alumbres bubosito, y el de buena voluntad obedeció a lo que le mandaron y respondió: “ en merced recibo lo que me habéis mandado, sea así”.


Nanahuatzin-Xolotl, códice Borgia.


Y luego los dos comenzaron a hacer penitencia cuatro días. Después encendieron fuego en el hogar, el cual era hecho en una peña que ahora llaman Teutezcalli.

El dios Tecuciztecatl todo lo que ofrecía era precioso. En lugar de ramos ofrecía plumas ricas que se llaman manquetzalli, y en lugar de pelotas de heno ofrecía pelotas de oro, y en lugar de espinas de maguey ofrecía espinas hechas de piedras preciosas, y en lugar de espinas ensangrentadas ofrecía espinas hechas de coral colorado; y el copal que ofrecía era muy bueno.


Tecuciztecatl, códice Borgia.


El buboso que se llamaba Nanauatzin, en lugar de ramos ofrecía cañas verdes atadas de tres en tres, todas ellas llegaban a nueve; y ofrecía bolas de heno y espinas de maguey, y ensangrentandolas con su misma sangre; y en lugar de copal, ofrecía las postillas de las bubas.

A cada uno de estos se les edifico una torre, como monte; en los mismos montes hicieron penitencia cuatro noches. Ahora se llaman estos montes tzaqualli, (y) están ambos cerca del pueblo de san Juan que se llama Teutihuacan.


El sol con ojos y boca, al lado de un santo que no reconozco, iglesia de San Mateo Chignautla.


Después que se acabaron las cuatro noches de su penitencia, luego echaron por allí los ramos y todo lo demás con que hicieron penitencia.

Esto se hizo al fin, o al remate de su penitencia, cuando la noche siguiente a la medianoche habían de comenzar a hacer sus oficios; antes un poco de la medianoche, diéronle sus aderezos al que se llamaba Tecuciztecatl; diéronle un plumaje llamado aztacomitl, y una jaqueta de lienzo; y al buboso que se llamaba Nanauatzin tocáronle la cabeza con papel; llegada la medianoche, todos los dioses se pusieron en rededor del hogar que se llama teotexcalli. En este lugar ardió el fuego cuatro días.

Ordenáronse los dioses en dos rencles, unos de la una parte del fuego y otros de la otra; y luego los dos sobredichos se pusieron delante del fuego y las caras hacia él en medio de las dos rencles de los dioses, los cuales estaban levantados, y luego hablaron los dioses y dijeron a Tecuciztecatl: “¡ea pues, Tecuciztecatl entra tú en el fuego!”. Y él luego acometió para echarse al fuego; y como el fuego era grande y estaba muy encendido, como sintió el gran calor del fuego hubo miedo, y no osó echarse en el fuego y volvióse atrás.

Otra vez tornó para echarse en el fuego haciéndose fuerza, y llegando detúvose, no osó echarse en el fuego; cuatro veces probó, pero nunca se osó echar. Estaba puesto mandamiento que no probase más de cuatro veces.

De que hubo probado cuatro veces los dioses luego hablaron a Nanauatzin y dijéronle: “¡Ea pues Nanauatzin, prueba tú!”.

Y como le hubieran hablado los dioses , esforzóse y cerrando los ojos arremetió y echóse al fuego, y luego comenzó a rechinar y respendar en el fuego, como quien se asa; y como vio Tecuciztecatl que se había echado en el fuego, y ardía arremetió y echos en el fuego.

Después de que ambos se hubieran arrojado al fuego, y después que se hubieran quemado, luego los dioses se sentaron a esperar de que parte saldría Nanauatzin.

Habiendo estado un gran rato esperando, comenzóse a poner colorado el cielo y en todas partes apareció la luz del alba. Dicen que después de esto los dioses se hincaron de rodillas para esperar a donde saldría Nanauatzin hecho sol.


Tonatiuh, antes Nanahuatzin en el códice Borgia.


Y cuando vino a salir el sol, pareció muy colorado, parecía que se contoneaba de una parte a otra; nadie podía mirar, porque quitaba la vista de los ojos, resplandecía y echaba rayos de sí en gran manera; y sus rayos se derramaron por todas partes; y después salio la luna, en la misma parte del oriente, a par de sol: primero salio el sol y tras el salio la luna; por el orden que entraron en el fuego por el mismo salieron hechos luna y sol.

Y dicen los que cuentan fabulas o hablillas, que tenían igual luz con que alumbraban, y de que vieron los dioses que igualmente resplandecían, hablarónse otra vez y dijeron: ¡Oh dioses, cómo sera esto? ¿sera bien que vayan ambos a la par? ¿sera bien que igualmente alumbren?.


Luna y conejo, códice Borgia lamina 29.

Y los dioses dieron sentencia, y dijeron: “sea de esta manera, hágase de esta manera”. Y luego uno de ellos fue corriendo y dio con un conejo en la cara de Tecuciztecatl, y oscurecióle la cara y ofuscóle el resplandor, y quedó como ahora esta su cara.[...]  ¨[1]

En la región también se cuentan leyendas de la creación del sol y la luna influenciadas ya con la religión católica. Dos versiones de esta leyenda fueron recabadas por James Taggart en Yaonahuac y publicadas en 1983. La primera versión dice así: “ Una mujer dio a luz a un niño que no crecía, entonces ella lo arrojo al agua, y el niño se alejo flotando. La madre de los enanos fue a traer agua para cocinar, y ella vio flotando al niño en el agua y lo rescato. Después el niño creció, el le dijo a su madre que iba a dar un paseo. Camino a cierta distancia y encontró a un grupo de enanos.

Había un gran fuego. En esa época todo era oscuridad. Los enanos hicieron una apuesta que el que pudiera apagar el fuego seria el rey del mundo. Pero ninguno salta en el fuego para apagarlo. El muchacho dijo que el quizás podría apagar el fuego.

Entonces escalo una montaña, y salto desde la cima, con el viento. El tomó la mayoría del fuego; quedando un poco. El se fue para siempre a estar en la orilla del mar. Ahora el es el sol, el es el calor y la luz. Su madre se fue a buscarlo, y encontró a los enanos, ellos le dijeron que se había ido. Ellos dijeron que el había tomado la luz y ahora circunda la tierra como las manecillas de un reloj. Entonces ella decidió seguirlo. El poco fuego permaneció para que ella lo tomara.

Entonces ellos son el sol y la luna persiguiéndose uno al otro. La luna brilla menos porque ella tomo el poco fuego que quedaba.” [2]


La segunda versión que nos da Taggart es más larga ubicándose después del diluvio bíblico, identificando plenamente a Jesús con el sol y nos dice: “El padre Noé sobrevivió la inundación y tenia familia. Un nuevo mundo fue hecho de nuevo. Entonces había dos niños huérfanos, un hermano y su hermana.

Una gran hoguera fue hecha para ellos. Ellos tiraron a los huérfanos en el fuego. El niño fue el que mas se quemo, pero en cuanto a la niña, no se quemo mucho. Después, de que ellos carbonizaron bien al niño, este se revolcaba dando vueltas en el fuego, el se convirtió en el sol. La niña que se quemo menos, se convirtió en la luna. Entonces él puso la luna en el mundo. Dios decidió que debía venir, y ellos lo llamaron dios Jesucristo.

Toda la gente, todos los animales, las semillas, que permanecían en el arca, preguntaron de donde saldría el sol. Un pájaro, un guajolote, un pollo, caballos, y puercos, todos preguntaron, ¿de donde vendrá el sol?. Solo el perro sabia. El le pregunto a dios por donde podría venir, y el perro fue a decirles a los demás por donde el sol se levantaría. El perro les dijo que ellos deberían ir a conocer al sol. Algunos no tenia ropas, entonces las aves pidieron prestadas piezas de ropa, y el armadillo fue tejiendo su ropa para el encuentro. El perro corrió diciendo a todos que el sol vendría del este.




Armadillo tejiendo, imagen de www.biblioteca.org.ar/

En esos días el perro hablo, pero en ese momento, dios le dio una palmada para que se quedara en silencio. Entonces todos los animales fueron a conocer al sol. El armadillo aun no había terminado su falda. Actualmente el armadillo se ve como si la mitad de su piel fuera tejida y la otra mitad rayada. Las rayas son los palitos para tejer que carga. Cuando ellos fueron a conocerlo. dios los bendijo, quedándose vestidos con sus ropas desde entonces. El armadillo y las aves no pueden quitarse sus ropas desde entonces.

Cuando el nació (Jesús), todo estaba oscuro en el establo. Muchos vinieron juntos a buscarlo.

Estaba oscuro, muy oscuro. ¿Y por que el hizo el amanecer?. El fue apareciendo. El estaba amaneciendo. El fue apareciendo hermosamente; el brillaba cuando llego. Pero el apareció por ahí, y el dijo, aquí es donde el esta. Ahí llego, creciendo.[…].” [3]


  1. Macazaga Ordoño, César. "Coyolxauhqui, la diosa lunar". Editorial Cosmos. México D.F. 1978. p. 11-17.
  2. Taggart, James. "Nahuat myht and social estructure". University of Texas press. Austin Texas, U.S.A. 1997. p. 101.
  3. Ibíd., p. 102.
  • "Stresser-Pean, Guy. El sol-dios y Cristo". Fce, Conaculta. México D.F. 2011.











No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...